domingo, 9 de octubre de 2011

Miami: ¿El lugar equivocado a la hora equivocada?

René y sus hijas a la salida de la prisión, momento en que suscribió
la nueva etapa que comienza para él en la lucha por la liberación
de sus cuatro hermanos aún encarcelados.

La salida de la prisión federal de Marianna, Florida, de René González Sehwerert, uno de los Cinco Héroes antiterroristas cubanos, cuyo encierro en Estados Unidos “finalizó” el siete de octubre pasado, despierta expectativas y preocupación luego de 13 años de cruel confinamiento.
El acontecimiento se produjo cuando el antiterrorista cumplió, como establece la legislación estadounidense, el 85 por ciento de los 15 años a que fue sentenciado en diciembre de 2001.
Todos los cubanos y en especial sus familiares recibieron la noticia con alegría y justificada alarma, al quedar René obligado a convivir tres años bajo “vigilancia supervisada” en Miami, la Meca del Terrorismo contra Cuba, decisión arbitraria y a todas luces mal intencionada de la jueza Joan Lenard, del Distrito Sur de la Florida
Joan Leonard: cargará en su
conciencia la responsabilidad
por cualquier acto violento
practicado por la mafia
miamense contra
René González Sehwerert.
González Sehwerert, primero de los Cinco Héroes en cumplir el injusto castigo, “siente remordimiento porque saldrá de prisión mientras sus compañeros de lucha permanecen encarcelados, según expresó a su abogado Philip Horowitz, quien junto a familiares (sus dos hijas Irma e Ivette, su hermano Roberto, el padre, Cándido) recibió a René al salir de prisión, el viernes siete de octubre a las 4:30 de la madrugada.
Para René, opina Olga Salanueva, la esposa -desde 2001  forzada a la separación-, se abre un capítulo de extremo peligro, pues tendrá que convivir en el cubil de la mafia cubano-americana, obligado al contrasentido e imposible judicial de mantenerse alejado de los sitios donde se sabe que están o frecuentan individuos o grupos terroristas”, colmo de doble moral y muestra del contubernio con los grupos extremistas, reconocido en la propia orden de la jueza Joan Lenard.
El Héroe enfrentará tamaño desafío porque la magistrada el 16 de septiembre rechazó la moción mediante la cual solicitaba viajar a Cuba y residir allí, en lugar de saldar ese tiempo en territorio norteño.
Para la reaccionaria “administradora de justicia” es irrelevante el peligro que corre “el excarcelado”, aun cuando vivirá rodeado de la jauría que años atrás monitoreó para impedirles perpetrar actos terroristas contra la Isla y en el propio territorio de los Estados Unidos.
Se recuerda estos días, como ejemplo más cercano, el abominable Crimen de Barbados, “acto heroico” de Luis Posada Carriles,  quien 35 años después se pasea libre por Miami, con total impunidad, protegido por la Jueza de marras y el propio gobierno de Washington.
No es ocioso recordar que en la Mayor de las Antillas suman  por miles las acciones vandálicas gestadas desde Miami, las cuales cuantifican más de cinco mil 500 víctimas, de ellas, tres mil 478 mortales.
Los crímenes incubados desde Miami apuntan entre el primero de junio y el 10 de octubre de 1981, la epidemia de dengue, período durante el cual la Isla notificó 344 mil 203 casos de dengue (30 mil del tipo hemorrágico), lo cual provocó que unas diez mil personas sufrieron shock y murieron 101 niños y 57 adultos.
La autoría del genocida acto lo reconoció Eduardo Arozena, terrorista de Omega 7,  en 1984, durante un juicio que le siguieron sus propios patrones imperiales por otra causa, al señalar que en el verano de 1981 la CIA y emigrados apátridas cubanos fueron los introductores del dengue en Cuba.
En el propio territorio estadounidense, en Miami o desde Miami, donde se obliga a permanecer a René, comenzaron en los albores de la  Revolución Cubana las acciones terroristas dirigidas contra los diplomáticos cubanos en la ONU (Nueva York), la Oficina de Intereses en Washington, la propia ciudad floridana y otros muchos lugares del mundo.
No se olvidan tenebrosos actos como el asesinato de Félix Carlos García Rodríguez, funcionario de Cuba en Naciones Unidas, a manos del mencionado terrorista de origen cubano Arocena, en noviembre de 1980, o el bazucazo disparado por Guillermo Novo Sampoll contra esa sede mundial, en 1964, durante una intervención del Comandante Ernesto Guevara.
Miami, asiento de la ultra reaccionaria Fundación Nacional Cubano Americana, también ha sido guarida de confesos  asesinos como Pedro Remón, Guillermo Novo Sampol, Gaspar Jiménez Escobedo. Orlando Bosch (fallecido recientemente) y Luis Posada Carriles, entre otros.
Tras la desbandada batistiana del 31 de diciembre de 1958 la ciudad floridana devino Edén del terrorismo contra Cuba; allí florecieron entre otras la Agrupación Montecristi, La Rosa  Blanca, Legión Anticomunista del Caribe, Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR), Rescate Revolucionario (RR), Movimientos Demócrata Cristiano, “30 de Noviembre”, “20 de Mayo”; Frente Democrático Revolucionario, Brigada 2506, Comandos Mambises, Comandos L y Alpha 66.
En ese ambiente nauseabundo, prolijo de asesinos, la jueza Lenard, a coro con la fiscal Caroline Heck-Miller, viuda del ex oficial de Inteligencia militar Gene Millar, quien dio nombre a la Operación Peter Pan que desarraigó más de 14 mil niños cubanos, obligarán a “vivir” a René bajo la razón de ser ciudadano estadounidense y “no haber mostrado arrepentimiento”.
Lenard: ¿su verdadero rostro?
Heck-Miller tiene el doble “honor” de haber llevado a los Cinco a Juicio, hacerlo en Miami y negarse en agosto de 2005 a presentar cargos contra Luis Posada Carriles, “quien duerme como un niño”, a pesar de sus 73 muertos por la voladura del avión de Barbados y el crimen del joven italiano Fabio Di Celmo en el hotel Copacabana de la capital cubana, joven que, según el confeso asesino, estaba en “lugar equivocado, a la hora equivocada”.
Como Posada Carriles ayer, mañana Lenard y Heck-Miller, con total desprecio por la vida humana,  pudieran justificar su irracional y visceral odio por lo patrióticamente cubano,  aplicando a René González Sehwerert la muy norteamericana frase mafiosa: estaba en Miami, “el lugar equivocado, a la hora equivocada”.

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