viernes, 29 de julio de 2011

Baracoa: el rugido del Rey


A la sombra de gigantes forestales y a los pies de Las Tetas de Santa Teresa, a la entrada de la vetusta villa de Baracoa, ruge el rey de la jungla, anunciando a la ciudad, que el zoológico tiene Rey, un vigoroso felino de seis años de edad que anima el verano y arranca felices gruñidos a dos hembras de su especie.
La llegada a la instalación baracoense del segundo mayor felino del reino animal, solo superado por el tigre, se convirtió en acontecimiento general de los trabajadores y particular de las leonas en edades reproductivas y necesitadas de la presencia del semental.



Gerardo Díaz Lobaina, director del parque “Cacique Guamá”, aseguró que los trabajadores poseen suficiente experiencia en el manejo de leones, habilidad adquirida desde los tiempos del desaparecido naturalista baracoense Anfioquio “Rubio” Suárez, quien creó el zoo en su propia casa, por donde transitaron siete de estos felinos.
“El ‘Rubio’ es imprescindible en la historia del zoo y sus leones –comentó con añoranza-, el último de los cuales lo regaló a los niños el 26 de julio de 1985 con 119 animales más, para cumplir una promesa hecha a sus 22 años, cuando el circo Santos y Artiga visitó Baracoa y la Guardia Rural impidió a la grey acercarse al enjaulado animal.  Entonces profetizó: “¡Niños un día les voy a regalar un león!”.
Díaz Lobaina explicó que el león cumple una cuarentena dirigida a habituarlo al nuevo entorno medioambiental, tras la cual se unirá a las hembras en cuanto éstas tengan manifestaciones de “celo”, para intentar gestarlas y multiplicar la especie, experiencia que ya poseen en el zoo.
El zoológico de Baracoa tiene condiciones muy propicias para la vida animal por encontrarse en un paraje de selva amazónica donde abunda la sombra de grandes árboles y más de 60 especies frutales entre las que se cuentan guayaba, naranja, limón, coco, guanábana, mango, papaya, , maracuyá, tamarindo, níspero, por solo mencionar algunas.
Tal diversidad frutal sirve de base alimentaria a muchas de las especies animales entre las que se cuentan, además del Soberano de la Selva y sus esposas, hipopótamo, monos, pecarí de collar, avestruces, majaes, peces y  aves entre las cuales califica el tocororo, espécimen rara vez encontrado en cautiverio.
Entre sus últimos logros apuntan la reproducción en cautiverio de la avestruz (Struthio camelus) el ave más grande y de mayor peso del planeta, cuya estatura  alcanza los tres metros y su masa corporal 180 kilogramos, a pesar de lo cual con sus poderosas patas desarrolla velocidad de 90 kilómetros por hora de manera sostenida durante 30 minutos.
El director del zoo dijo que ya es habitual con la colaboración de un naturalista de Moa la incubación artificial de los huevos de avestruz, pero comentó que en junio julio de 2009 en anormales condiciones climáticas para Baracoa, con mucho calor y baja humedad relativa, lograron reproducir por única vez la especie de manera natural.
En la actualidad el zoo posee una pareja adulta de avestruces padres de Juan y Pepe, dos crías de uno y cinco meses de nacidas, respectivamente,  que evidencian los aciertos de la institución en materia reproductiva animal.
En el zoo de Baracoa son habituales también las reproducciones en cautiverio de cotorras (Amazona leucocephala) conseguido por vez primera por Anfiloquio Suárez; jicoteas (Trachemys decusata) y jutias congas (Capromys pilorides pilorides); y otras aves como el pavo real (Pavo cristatus) y la monógama gallina de Guinea (Numididae).
La fauna zoológica en cautiverio de la Primera Villa y Episcopado de Cuba incluyó en tiempos pasados como exclusividad nacional el almiquí (Solenodon), rinoceronte, citalunga, binturong y otras exóticas especies animales.


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