El verdadero Guantánamo

Guantánamo, visto desde el mundo exterior, se reduce a Delta camp, un campo de concentración donde el gobierno de Estados Unidos trajo cientos de talibanes, eufemísticamente llamados “combatientes enemigos”, cuyos crímenes son bastante cuestionables años después de desatada la irracional e hipócrita guerra bushiana contra el terrorismo.

Guantánamo es mucho más: la provincia más oriental de Cuba (930 kilómetros al Este de La Habana), en cuyo territorio ondea libre una bandera de sólo cinco barras, con un triángulo rojo y solitaria estrella que ilumina y mata, al decir de José Martí, el Apóstol de la Independencia.

El “otro Guantánamo”, distorsionado eco en los oídos foráneos, es una ilegal base naval norteamericana, apenas el 0,019 del territorio de la provincia, porción de mar y tierra usurpada justo al mediodía del 10 de diciembre de 1903, a la sombra de la Enmienda Platt, engendro similar a la Ley Helms Burton que, tras la intromisión americana en la guerra hispano-cubana, se impuso como apéndice a la independencia de la Isla.

Se suponía fuera una estación carbonera, pero con el tiempo devino antro logístico del tirano Fulgencio Batista contra el Ejército Rebelde y tras el Primero de Enero de 1959, asiento de provocaciones, agresiones y crímenes que segaron la vida a los jóvenes combatientes Ramón López Peña y Luis Ramírez López, miembros de la Brigada de la Frontera, fuerza militar que cerca territorialmente al enclave militar yanqui y frena los ímpetus imperiales.

Queda claro que la provincia palpita y vive cercas afueras, en un territorio de 6 mil 182,2 kilómetros cuadrados (5,8 por ciento de la superficie nacional), que incluye, porque jamás renunciará a él, los 117,6 km2 que ocupa la base a la entrada de la segunda bahía de bolsa más grande de Cuba y una de las más profundas y mejores del mundo.

Fue el 20 de abril de 1494 cuando se tuvieron las primeras noticias de la ambicionada bahía: Fernando Colón, hijo del Gran Almirante, durante el segundo viaje del marino genovés escribe en referencia al diario del padre: “empezó a costar (a Cuba) por la parte de medio día y habiendo navegado unas leguas más allá de Cabo Fuerte entró en el llamado Puerto Grande, cuya entrada era profundísima y tenía de boca 150 pasos (...).

El 19 de octubre de 1739, casi dos siglos y medio después, Inglaterra declara la guerra a España y un año más tarde el almirante Edward Vernon, jefe de la flota británica en el Caribe echa anclas en Cayo Hospital, bahía de Guantánamo, para recuperarse de daños de combate y el 14 de junio de 1741 regresa y bautiza la rada como Cumberland.

La bahía de bolsa, considerada la tercera más grande del mundo, está al centro sur de la provincia de Guantánamo, territorio que limita al Norte con Holguín y el océano Atlántico, al Sur con el Mar Caribe, al este con el Paso de los Vientos (separa a Cuba de Haití), y al Oeste con Santiago de Cuba.

Su población, gente laboriosa y de paz, pero dispuesta a defender esta tierra a cualquier precio, suma 511 mil 163 habitantes, de los cuales 254 mil 363 son mujeres, una fuerza determinante en la sociedad por el protagonismo en el desarrollo socioeconómico, y prevalencia en el universo profesional y científico técnico.

Fue el 27 de noviembre de 1492 cuando europeos tuvieron noticias de la existencia de la hoy provincia de Guantánamo: Cristóbal Colón, “El Descubridor” tocó tierra por el norte, donde el 15 de agosto de 1511, casi dos décadas después, Diego Velázquez, El Conquistador, fundaría la primera villa y capital de Cuba: Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa.

Baracoa, territorio paradisíaco que conserva en mucho la frescura de aquellos tiempos, es uno de los diez municipios de esta provincia cuyo nombre en lengua aborigen significa tierra entre ríos por su pluralidad fluvial distinguida por el torrente del Toa, el más caudaloso del país.

La economía de la provincia se sustenta en el cultivo de la caña de azúcar y otros renglones como café, cacao y coco. En ricos bosques pluvisilva, de gran endemismo y diversidad de flora y fauna, donde se cree aún vuela el Carpintero Real y está comprobado vive el ancestral almiquí, se asientan las mayores reservas de madera dura y preciosa del país, fundamentalmente en las Cuchillas del Toa, asiento del parque Alejando de Humbolt, Reserva de la Biosfera.

La producción de sal (70 por ciento del consumo nacional), de alimentos agrícolas, así como la pesca fluvial y marina son otros de los renglones económicos de esta provincia de alto desarrollo educacional, donde la enseñanza desde el nivel primario hasta el universitario existe en todos los municipios.

La Medicina, de igual modo, llega a todos los municipios convertida en servicios que incluyen hospitales, policlínicos, salas de rehabilitación, sillones o clínicas estomatológicas, áreas de cuidados intensivos en cada territorio, pero también docencia para la formación profesional de médicos y paramédicos que desde consultorios en las comunidades son la piedra angular del sistema de salud doméstico, y garantizan, por ejemplo, que la tasa de mortalidad infantil sea sólo de 4,8 por cada mil nacidos vivos, indicador del estrato rico del primer mundo.

Son guantanameros por el Orbe mil 601 trabajadores de la Salud (entre ellos 819 médicos, 138 estomatólogos y 180 enfermeras), quienes brindan alivio y esperanza en 22 países de todos los continentes excepto Europa, a contrapelo de Estados Unidos que invade, masacra y tortura en Irak, Afganistán y en la ilegal base naval en territorio cubano.

En Guantánamo, el verdadero, late la vida, se lucha y trabaja por el desarrollo, el mejoramiento humano y por elevar el nivel y la calidad de vida de sus ciudadanos.

Desde este lado de la cerca se reclama la devolución del territorio usurpado y se repudia el antro de terror, tortura, dolor y muerte que es hoy la ilegal base naval norteamericana, una afrenta a la soberanía cubana y a la dignidad humana.