viernes, 23 de marzo de 2007

A medio mundo del hogar


Para los cubanos Timor Leste es una pequeña isla al otro lado del mundo. Llegar a ella les significó, sin contar el largísimo transcurrir histórico que media entre 1512 y 2005, volar por tres días, a saltos sobre el océano, desde La Habana a Portugal, Pakistán, Sri Lanka e Indonesia, que comparte el país por el Oeste.
Con 14 mil 874 kilómetros cuadrados está al Norte de Australia, lleno de montañas tan altas como el Foho Tatamailau (dos mil 963 msnm), la más grande. El clima es tropical con periódicas lluvias monzónicas. La capital Dili y su historia data de 1512, cuando los portugueses llegaron buscando madera de sándalo para muebles y perfumería y se quedaron por cuatro siglos.
No fue hasta 1960 que Dili conoció la electricidad y en la década del 70 dispuso de agua potable, alcantarillado, escuelas y hospitales, lo que da una idea del atraso de la población de casi un millón de habitantes que, tras la Revolución de los Claveles en Portugal (1975) decidió liberarse, siendo definitivamente independiente el 20 de mayo de 2002.
La introducción se le hace necesaria a la doctora Madelaine de las Mercedes Aguilar Peláez, neonatóloga adiestrada en cardiopediatría, al iniciar un diálogo cargado de recuerdos de su actual paso por Timor Leste, a donde llegó en la noche del 27 de diciembre 2005, cansada del largo peregrinar, temerosa y expectante.
“Nos recibieron compatriotas y timorenses, algunos de ellos estudiantes en Cuba. Días después fuimos distribuidos por los13 distritos del país. Yo quedé en la capital, en el hospital Guido Valladares, donde reorganizamos el servicio de neonatología y conseguimos disminuir el pasado año en 50 fallecidos la mortalidad infantil y eliminar las muertes por dengue.
“La precaria situación socioeconómica de la población y los problemas sanitarios que enfrentamos recuerdan mucho la Cuba prerrevolucionaria, aseguran los de más edad en la brigada: asfixia y sepsis perinatales, tétanos neonatal y en edades pediátricas, dengue, malaria, gastroenteritis, tuberculosis, desnutrición… son cuadros habituales”.
El diálogo, por momentos, introduce informaciones imprescindibles: Timor Leste, a pesar de petróleo y gas, está considerada entre las naciones más atrasadas de Asia y de las más pobres del mundo. Xanana Gusmao, su presidente, conoció a Fidel en 2003, en Kuala Lumpur, Malasia, donde el Comandante en Jefe le ofreció la colaboración que hoy contribuye a cambiar la vida del timorense.
Son alrededor de 300 los colaboradores cubanos de la Salud y 11 los educadores que se desempeñan en aquella Isla, mientras en esta del Caribe unos 500 jóvenes timorenses se aprestan a regresar en el 2012 a su tierra como galenos formados en las facultades de Ciencias Médicas de Granma, Ciego de Ávila, Pinar del Río, Isla de la Juventud y La Habana.
“La misión exige sacrificios y mucha voluntad: en algunos distritos, por ejemplo, disponen de cinco horas de luz eléctrica, tienen que cargar el agua del río, y hasta a veces subirse a un árbol para encontrar el espectro readioelectrónico y tener cobertura telefónica con el celular.
”Hemos tenido experiencias con la que nunca soñamos, aunque mejor calificarlas de pesadillas, porque la guerra no es otra cosa. Vivimos los conflictos internos de abril-junio del 2006, muy cruentos, asistimos heridos de armas de fuego, flechas y lanzas; quemados en los múltiples incendios… fueron muchos los muertos, mutilados, los refugiados… también el potencial intervencionistas de australianos, malayos, zelandeses y portugueses bajo la bandera de la ONU. La brigada se mantuvo firme en su misión.
“También hay recuerdos felices, tienen que ver directamente con el agradecimiento del pueblo, de padres como los de Pedro Miguel, bebé llegado al mundo con asfixia severa, aspiró meconio, convulsionó… y se nos convirtió en reto, porque en el principal hospital no existen equipos de ventilación. Durante 24 horas lo asistimos manualmente con el concurso de la familia, la enfermera… y lo salvamos.
“Cada día aprendemos y enfrentamos cosas nuevas, por ejemplo, el tétanos neonatal, algo que no vemos en Cuba. Nos llegó un bebé de siete días, nacido, como casi todos, extrahospitalariamente y asistido por parteras en los socos (comunidades). Tenía fiebre, rechazaba el pecho materno y secretaba con mucha fetidez por el muñón umbilical.
Diagnósticamos el tétanos y comenzó la lucha por la vida: aislamiento, inmunoglobulina antitetánica, penicilina cristalina, metronidazol, diazepam, oxígeno, entubamiento y ventilación… siete días con siete noches… y lo salvamos también”.
Tales prácticas de solidaridad e internacionalismo les valen altos reconocimientos como el del presidente Xanana Gusmao: "solo con el empeño y dedicación de los médicos cubanos en áreas aisladas y llenas de problemas que otros galenos no osarían llegar, ellos han podido superar las dificultades que presenta nuestro pueblo", “han contribuido a mejorar el funcionamiento de los servicios de salud en todo el territorio nacional".
Así somos los de esta Isla





2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sombramia, tus lectores estan esperando mucho mas de tu mundo, de tu inteligencia y profesionalismo, que pasa que no te "vemos"
Embullate y actualiza el Blog, esperamos por ti

Raisa Martin Lobo dijo...

Me gusta tu blog, pero quisiera leer más trabajos, tú tienes para hacer más ...