lunes, 30 de mayo de 2011

Hartmann habla de Hartmann


Por Ariel Soler Costafreda

Un periodista es facilitador en esta suerte de entrevista-monólogo con un hombre que comenzó su carrera de baracoense en 1946, y tras cumplir 36 años dedicó su vida a investigar, promover y divulgar la historia y cultura de la Ciudad Primada de Cuba, trayectoria que le vale hoy exhibir por y para su pueblo la Orden del Mérito Civil conferida por el Rey de España, Juan Carlos I en su grado de Encomienda.

¿Qué significa la Orden del Mérito Civil otorgada por el Rey?

La Orden del Mérito Civil es la mayor satisfacción que he tenido, por su significado propio y el espontáneo humano que generó, expresado en el saludo de mis coterráneos, quienes no cesan de felicitarme. He tenido llamadas telefónicas desde distintos puntos de Cuba y cientos de correos electrónicos del mundo. Este es el real premio de la Gran Condecoración.

Este pueblo es “esencia de mi vida cotidiana, el corazón de todos los días" y “si no existiera esa Baracoa indígena, esa Baracoa española de Nuestra Señora de la Asunción, el reconocimiento nunca hubiera tenido sentido”.

¿Quien es Alejandro Sebastián Hartmann Matos?

Una persona que distinguen cualidades como el patriotismo, la persistencia, el optimismo, el amor; la ensoñación, la amistad y la sinceridad.

Es así porque mi primera identificación es con la tierra que me vio nacer, Baracoa, Cuba; donde creció y se forjó este hombre incapaz de desvanecerse ante las dificultades, quien hace muchos años decidió entregarlo todo a la ciudad de sus amores, la que lleva enganchada en el corazón, donde practica la máxima de María Teresa de Calcuta: “La vida es un sueño, hazlo realidad” y cosecha la amistad del pueblo todo, con el que comparte las alegrías y las tristezas.

¿Qué significa para el también Premio Nacional de Cultura Comunitaria 2006 ser el Historiador de la Ciudad?

Es una relación muy bella entre el pueblo y el hombre, como la de los bardos griegos al cantar los valores de una región, vínculo que impone un reto muy serio: promover, divulgar... pasajes históricos, tradiciones, costumbre; dar a conocer personalidades locales y foráneas vinculadas al terruño y otros elementos que conforman la identidad de un pueblo, con la fidelidad que implica investigar e interpretar la Historia.

Así, Hartmann es un hombre muy ligado a todos los baracoenses, de quienes se nutre, como también lo hace del estudio de documentos, periódicos, fotos y objetos de distintos períodos. Bebe de las experiencias y sabidurías del campesino, del constructor, del maestro, del deportista que deja estela de orgullos... de los menos jóvenes y sus vivencias.

Esa savia le permite asumir el rol del comunicador social y satisfacer, en la medida de su capacidad e intelecto, expectativas poblacionales inherentes a la enseñanza de la memoria histórica, esencia misma de la formación de niños, jóvenes y también de adultos. Entonces deviene maestro, cultivador del sentido de pertenencia del coterráneo, a la vez que aprendiz, porque es capaz de decir no sé, cuando no tiene la respuesta, aguijón en el reto de saber, su obligación comunitaria.

¿Qué es Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa para el Premio Guamo 2005, otorgado por la UNEAC en Guantánamo?

Baracoa es la esencia de mi vida, mi respiración, mi corazón, mi otro yo. Desde mi adolescencia “habanera” así lo sentí. Dos décadas capitalinas no me cambiaron, cada vez que podía escapaba en pos de la virginidad de este entorno y tras graduarme de Licenciado en Español y Literatura, en 1975, regresé definitivamente.

Atrás quedaron mil promesas y oportunidades de trabajo; amigos que “enjuiciaron mi locura" y vaticinaron la involución: “marchaba hacia el subdesarrollo”. Delante, hacia el Oriente, latía mi corazón, la grandeza de una tierra de magia muy especial, mucho más que una fecha de descubrimiento y fundación como sólo apuntaban los libros... Sentía la responsabilidad, la obligación de “redescubrirla”, de sacar a la luz los inimaginados valores históricos, geográficos, culturales... atesorados entonces en un paraíso próximo a cumplir ahora 500 años de existencia como Villa.

Quiero agradecer el estímulo que significó Hiram Dupotey Fideaux, un baracoense que me enseñó a trabajar en los archivos Nacional, de la Universidad de la Habana y de la Biblioteca José Martí. También al periodista local Manuel Borges Font, quien me brindó mucha información, y documentos originales de incalculable valor de los franceses asentados en la comarca.

¿Por qué la Primera en el tiempo?

Hay aspectos de la historia cubana que así lo confirman:
Primera Villa fundada por Diego Velázquez el 15 de agosto de 1511.
Primera capital de la Isla hasta 1515, en que la condición se pasó a Santiago de Cuba.

Baracoa también conoció las primeras formas de gobierno, economía, instrucción y aplicación de la repartición de indios: las encomiendas.

Siendo Baracoa la primera capital se fundaron el resto de las villas cubanas: Bayamo, Trinidad, Sancti Spíritus, Puerto Príncipe (Camagüey), Santiago de Cuba y finalmente Remedios, por eso en nuestro escudo reza “Aunque soy la más pequeña de todas, siempre seré la primera en el tiempo”.

¿Qué es el museo Matachín para el albacea de la historia local?

Es la gran casa de Hartmann, le ha dado cobija durante 30 años, desde el 18 de octubre de 1981. Mientras estoy en Baracoa cada mañana vengo sin falta. No puedo sustraerme a este lugar ni estando de vacaciones, pero me siento muy feliz aquí, entre la fortaleza de sus paredes amuralladas, acompañado por el colectivo que lo hace latir y vivir en la comunidad: una gran familia.
Aquí estaré hasta que mis fuerzas físicas y mentales lo permitan. No pienso jubilarme.

Así, tan resuelto como convencido, terminó su casi monólogo. Tiene 65 años cumplidos desde el 30 de marzo pasado y fuerzas, muchas fuerzas, para seguir contando y haciendo una historia que con él mismo quedará un día atrapada entre las vitrinas y memorias de la vetusta institución.

Historiador en síntesis

  • Licenciado en Español y Literatura de la Universidad de la Habana en 1975
  • Maestría en Promoción Cultural
  • Pertenece a la Fundación Antonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre
  • Ha colaborado con temas de historia y cultura baracoenses en Prensa Latina; las revistas Bohemia, Prismas, Cuba Internacional, Somos Jóvenes; los periódicos Granma, Trabajadores, Juventud Rebelde y Venceremos; y en las emisoras de radio Rebelde, Habana Cuba, Metropolitana, Reloj, La Voz del Toa, CMKS, Progreso, Taíno, Cadena Habana, así como con el Noticiero Nacional de Televisión
  • Asesoró filmaciones de documentales sobre Baracoa para el ICAIC, Mundo Latino, CNN, las TV cubana, española, RAI-Italiana, francesa, japonesa, polaca y rusa.
  • Participó en investigaciones histórico-culturales, etnográficas y espeleoarqueológicas con el CITMA, Ministerio de Cultura, Fundación Antonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre, las universidades de Oriente, Habana, Cornell (EUA), Bologña (Italia); así como con el Museo de Torvuren, Bélgica.
  • Es autor, entre otros, de los libros Los días de Colón en Baracoa, Los franceses en Baracoa; y Baracoa, ciudad Primada de Cuba
  • Participó en las expediciones En canoa del Amazonas al Caribe (1988) y Por la ruta de Hatuey (1992)
  • Ha dictado conferencias sobre Cuba y Baracoa en Bélgica, Alemania, Luxemburgo, Bahamas, Estados Unidos, Francia, España, Santo Domingo, Italia y Suiza.
  • Posee una treintena de importantes reconocimientos entre ellos Premios, Diplomas, y condecoraciones, que tienen su última expresión en la Orden del Mérito Civil conferida por el Rey de España, Juan Carlos I en su grado de Encomienda.

Algunos datos sobre la Orden al Mérito Civil

La Orden del Mérito Civil se otorga en los grados Collar y Gran Cruz (los más altos), Encomienda de Número, Encomienda, Cruz de Oficial, Cruz, Cruz de Plata y tiene por objeto premiar los méritos de carácter civil por servicios relevantes prestados al Estado, con trabajos extraordinarios, provechosas iniciativas, o con constancia ejemplar en el cumplimiento de sus deberes.

La condecoración, de acuerdo con sus estatutos, puede ser concedida, además, a personas de nacionalidad extranjera, siempre que hayan prestado servicios distinguidos a España o una notable colaboración en todos aquellos asuntos que redunden en beneficio de la Nación.

Su Majestad el Rey es el Gran Maestre de la Orden del Mérito Civil y todas las condecoraciones de esta Orden serán conferidas en su nombre y los títulos correspondientes irán autorizados con la estampilla de su firma.

La persona condecorada con cualquier grado de la Orden del Mérito Civil que sea condenada por un hecho delictivo, en virtud de sentencia firme, podrá ser privada del título de la misma y de los privilegios y honores inherentes a su condición.

En Cuba, como Alejandro Hartmann, por edicto de Juan Carlos I, Rey de España, posee la Orden del Mérito Civil en el grado Encomienda para Dama la vedette Rosita Fornés.

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