viernes, 25 de septiembre de 2015

Lizmariam, triunfo de la reproducción asistida


 
Lizmariam, primera nacida por inseminación artificial en Guantánamo, un procedimiento que en el mundo cuesta entre cinco mil y siete mil dólares y que para las cubanas es gratuito

Lizmariam llora fuerte. Ensancha sus pequeños y jóvenes pulmones y moviliza al personal de la neonatología cerrada del Hospital General Doctor Agostinho Neto, donde fue acogida en los primeros días de vida, tras llegar al mundo por cesárea en la mañana (7:30 am) del 15 de septiembre de 2015.
Es de esos niños calificados durante el proceso gestacional como fetos valiosos por lo difícil de la concepción, en este caso por una madre que prefiere el anonimato, pero que tiene la singularidad de haber traído al mundo, en Guantánamo, el primer bebé logrado por inseminación artificial, rotundo éxito de las Ciencias Médicas en la provincia más oriental de Cuba.
La historia se remonta al año 2012, cuando se entroniza en la referida institución de salud el Programa de Reproducción Asistida (PRA), impulsado por un grupo de competentes y entusiastas profesionales liderados por el doctor Angel Ramos Casamayor, especialista en Ginecología y Obstetricia, secundado por su homólogo Luis Felipe Nicot; la uróloga experta en andrología Vilma Ávila, y la psicóloga Ana Rosa Beltrán Castro.
Corría mayo de aquel año y exhibían como trofeo haber conseguido que 26 parejas se multiplicaran, cifra que se incrementaría hasta 32 embarazos diez meses después, prólogo a la consolidación de una labor científica que justificaría la creación, en el Agostinho Neto de un Centro provincial de Reproducción Asistida, con la tecnología necesaria y fuerza profesional ampliada con tres licenciadas en Enfermería, igual cantidad de profesionales de Laboratorio, asistente, informática y secretaria.
El núcleo organizacional se establece como punta de la pirámide del PRA en la provincia de Guantánamo, el cual dispone de la necesaria consulta en todos los municipios y se apoya en la Atención Primaria de la Salud, y particularmente en los Médicos de la Familia, para la captación de las parejas infértiles, es decir, aquellas que llevan más de un año de relaciones desprotegidas sin lograr la concepción.
El Doctor Ramos con la pequeña·

“Nuestro centro –explica el doctor Ramos Casamayor- acoge las remisiones de personas que no resolvieron en las consultas municipales de reproducción asistida, pacientes con trastornos ovulatorios; con infertilidad de origen masculino de causa no infecciosa, mujeres mayores de 35 años, y otras que tras varios ciclos de estimulación ovárica, persisten en la imposibilidad de concebir.
 “Los dos últimos factores adversos caracterizaban a la madre de Lizmariam, a quien se le practicó exitosamente la técnica de inseminación artificial, procedimiento introducido en el servicio en julio del pasado año y mediante el cual logramos el primer nacimiento, una niña de 2 721 gramos (seis libras), nacida pre termino, a las 36 semanas”.
Explicó que a las 23 semanas de gestada,  la futura madre, primeriza y con 38 años de edad, debutó con diabetes gestacional y padeció colestasis hepática (supresión o detención del flujo bilis) afecciones que indujeron el ingreso hasta el momento del alumbramiento, tras el cual la pequeña se remitió al servicio de neonatología, del que en la actualidad egresó en perfectas condiciones de salud.
Las estadísticas del Centro provincial indican que de 54 mujeres inseminadas 12, el 24 por ciento,  quedaron embarazadas, índice que los facultativos consideran adecuados, como también el 40 por ciento de resolución que frente a la infertilidad logran las consultas especializadas de los municipios.
“El futuro es promisorio –asegura el  ginecobstetra y sustenta su punto de vista: si el pasado año atendimos 256 parejas y logramos 30 embarazos con 24 nacimientos, en el transcurso del actual son 186 los esposos recibidos en este nivel de las consultas y 32 las gestadas con tratamientos médicos o inseminación”|.
La diferencia –aclaró- son pacientes con otros problemas de salud que requieren de determinados procederes, en ocasiones quirúrgicos, pero que continúan en el programa de reproducción asistida, con estudios que exigen hasta seis meses de investigaciones médicas, y largos períodos de tratamientos para lograr la fecundación.
Cuando son infructuosos  los tratamientos y procederes practicados en el CRA, aún quedan abiertas en instituciones de otras provincias opciones para las parejas: fertilización in vitro, en Holguín, donde hoy concurren 14 paciente guantanameros, mientras las mujeres de entre 40 y 45 años pueden conseguir la maternidad  por ovodonación en un centro especializado de La Habana, es decir, ser receptoras de un ovulo fecundado de una menor de 35 años, preferentemente familiar, que tras cumplir trámites legales haga tan humano “regalo”.
Las asistentes en la sala de neonatología
“El servicio en Guantánamo es una puerta abierta a la esperanza materna, la potencial materialización de un anhelo de toda mujer que a veces la vida le niega, pero que desde las ciencias médicas y la voluntad política de la Revolución  se convierte para muchas en una realidad tangible”, aseguró desde su anonimato la madre de Lizmariam, mientras con su tesoro en brazos preparaba el retorno triunfante hacia el hogar.

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