Lizmariam, primera nacida por inseminación artificial en Guantánamo, un procedimiento que en el mundo cuesta entre cinco mil y siete mil dólares y que para las cubanas es gratuito |
Lizmariam llora fuerte. Ensancha
sus pequeños y jóvenes pulmones y moviliza al personal de la neonatología
cerrada del Hospital General Doctor Agostinho Neto, donde fue acogida en los
primeros días de vida, tras llegar al mundo por cesárea en la mañana (7:30 am)
del 15 de septiembre de 2015.
Es de esos niños calificados durante
el proceso gestacional como fetos valiosos por lo difícil de la concepción, en
este caso por una madre que prefiere el anonimato, pero que tiene la
singularidad de haber traído al mundo, en Guantánamo, el primer bebé logrado
por inseminación artificial, rotundo éxito de las Ciencias Médicas en la
provincia más oriental de Cuba.
La historia se remonta al año
2012, cuando se entroniza en la referida institución de salud el Programa de
Reproducción Asistida (PRA), impulsado por un grupo de competentes y
entusiastas profesionales liderados por el doctor Angel Ramos Casamayor,
especialista en Ginecología y Obstetricia, secundado por su homólogo Luis Felipe
Nicot; la uróloga experta en andrología Vilma Ávila, y la psicóloga Ana Rosa
Beltrán Castro.
Corría mayo de aquel año y exhibían
como trofeo haber conseguido que 26 parejas se multiplicaran, cifra que se
incrementaría hasta 32 embarazos diez meses después, prólogo a la consolidación
de una labor científica que justificaría la creación, en el Agostinho Neto de
un Centro provincial de Reproducción Asistida, con la tecnología necesaria y
fuerza profesional ampliada con tres licenciadas en Enfermería, igual cantidad
de profesionales de Laboratorio, asistente, informática y secretaria.
El núcleo organizacional se
establece como punta de la pirámide del PRA en la provincia de Guantánamo, el
cual dispone de la necesaria consulta en todos los municipios y se apoya en la Atención Primaria
de la Salud, y
particularmente en los Médicos de la
Familia, para la captación de las parejas infértiles, es
decir, aquellas que llevan más de un año de relaciones desprotegidas sin lograr
la concepción.
El Doctor Ramos con la pequeña· |
“Nuestro centro –explica el doctor
Ramos Casamayor- acoge las remisiones de personas que no resolvieron en las
consultas municipales de reproducción asistida, pacientes con trastornos
ovulatorios; con infertilidad de origen masculino de causa no infecciosa,
mujeres mayores de 35 años, y otras que tras varios ciclos de estimulación
ovárica, persisten en la imposibilidad de concebir.
“Los dos últimos factores adversos caracterizaban
a la madre de Lizmariam, a quien se le practicó exitosamente la técnica de
inseminación artificial, procedimiento introducido en el servicio en julio del
pasado año y mediante el cual logramos el primer nacimiento, una niña de 2 721 gramos (seis
libras), nacida pre termino, a las 36 semanas”.
Explicó que a las 23 semanas de
gestada, la futura madre, primeriza y
con 38 años de edad, debutó con diabetes gestacional y padeció colestasis
hepática (supresión o detención del flujo bilis) afecciones que indujeron el
ingreso hasta el momento del alumbramiento, tras el cual la pequeña se remitió
al servicio de neonatología, del que en la actualidad egresó en perfectas
condiciones de salud.
Las estadísticas del Centro
provincial indican que de 54 mujeres inseminadas 12, el 24 por ciento, quedaron embarazadas, índice que los
facultativos consideran adecuados, como también el 40 por ciento de resolución
que frente a la infertilidad logran las consultas especializadas de los
municipios.
“El futuro es promisorio –asegura
el ginecobstetra y sustenta su punto de
vista: si el pasado año atendimos 256 parejas y logramos 30 embarazos con 24
nacimientos, en el transcurso del actual son 186 los esposos recibidos en este
nivel de las consultas y 32 las gestadas con tratamientos médicos o
inseminación”|.
La diferencia –aclaró- son
pacientes con otros problemas de salud que requieren de determinados procederes,
en ocasiones quirúrgicos, pero que continúan en el programa de reproducción
asistida, con estudios que exigen hasta seis meses de investigaciones médicas, y
largos períodos de tratamientos para lograr la fecundación.
Cuando son infructuosos los tratamientos y procederes practicados en
el CRA, aún quedan abiertas en instituciones de otras provincias opciones para
las parejas: fertilización in vitro, en Holguín, donde hoy concurren 14
paciente guantanameros, mientras las mujeres de entre 40 y 45 años pueden
conseguir la maternidad por ovodonación
en un centro especializado de La
Habana, es decir, ser receptoras de un ovulo fecundado de una
menor de 35 años, preferentemente familiar, que tras cumplir trámites legales
haga tan humano “regalo”.
Las asistentes en la sala de neonatología |
“El servicio en Guantánamo es una
puerta abierta a la esperanza materna, la potencial materialización de un anhelo
de toda mujer que a veces la vida le niega, pero que desde las ciencias médicas
y la voluntad política de la
Revolución se
convierte para muchas en una realidad tangible”, aseguró desde su anonimato la
madre de Lizmariam, mientras con su tesoro en brazos preparaba el retorno
triunfante hacia el hogar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario