Colectivo que
participa directamente de la asistencia al joven campesino, que de todos modos
gozó de la atención de los 57 trabajadores de la sala, entre ellos ocho médicos
y 35 enfermeras.
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La anamnesis (investigación del historial patológico), presentó a un
paciente hemofílico B, de 34 años de edad, cuyo estudio ultrasonográfico
confirmó la presunción clínica de los facultativos: el esfuerzo, insignificante
para una persona saludable, provocó en él un gran hematoma en el bazo y el
aumento del volumen de ese órgano, lesión que amenazaba su vida.
Doctor Henry Knight |
La situación era en extremo delicada. Los servicios médicos de Cuba,
Guantánamo… sometidos al criminal bloqueo de Estados Unidos contra la Isla
carecían de medicamentos idóneos para enfrentar, sin riesgo, el tratamiento
requerido por el campesino, cuya enfermedad y sus potenciales hemorragias, le
imponen privativas condiciones existenciales que limitan, incluso sus posibilidades
laborales.
Única opción a la vista: esplenectomía, intervención quirúrgica para
extraer el bazo y el gran hematoma que cubría un área de 10 centímetros (ancho por
largo), operación de riesgosa connotación por tener que practicarse a un
paciente hemofílico, enfermedad congénita y hereditaria caracterizada por
deficiente coagulación de la sangre y persistencia de las hemorragias por falta
de uno de los Factores que intervienen en ella, en este caso específico el Factor
IX.
Mileidys Toirac Martínez, especialista en Medicina Interna, e Intensiva,
y jefa del Servicio, explicó: “La intervención era tan inminente como urgente
para prevenir en principio un shock séptico, es decir, una infección
generalizada en el torrente sanguíneo que provocara la muerte del paciente y
que comenzamos a prevenir con tratamiento antibacteriano”.
Tener “0 negativo” como grupo sanguíneo, hacía más compleja la situación de Legrá Lobaina, para cuya
intervención debía disponerse de altos volúmenes de sangre (unas 20 bolsas de
plasma), superiores a las disponibilidades locales, ante lo cual se preveía solicitar
suministros de otras provincias.
El panorama era incierto, la supervivencia a la operación ofrecía apenas
el 10 por ciento de esperanzas, el paciente estaba ahí, joven y expectante;
como sus familiares, apostando por la capacidad profesional, científica y
creativa del colectivo médico en su cabecera, a quienes el destino les confió
su vida y le impuso tamaño desafío.
Yonnis Legrá Lobaina |
El Octanine F 500, nombre comercial del Factor IX de coagulación humana
liofilizado, llegó 10 días después de solicitado, muy rápido, y no se hizo esperar a Guantánamo, escenario
de la primera experiencia de aplicación del fármaco en adultos (empleado en
niños en IHI), a partir del 30 de octubre, con extraordinaria evolución del
paciente, que poco más de una semana después había reducido el tamaño del
hematoma a casi la mitad.
“Ya tiene más de 40 días hospitalizado, mejora rápidamente, pero su alta
se producirá cuando la lesión haya desaparecido al menos en el 90 por ciento”, aseguró
-el doctor Roberto Henry Knight, también especialista en Medicina Interna, e Intensiva.
“El tratamiento implica la inoculación por vía endovenosa de ocho bulbos
diarios del Factor IX, sin costo alguno por los servicios médicos, ni erogaciones por un fármaco cuya
unidad se cotiza a 400 dólares en el mercado foráneo”, explicó el galeno y
abundó:
“La hemofilia se presenta en tres tipos: A, B y C y su categorización
depende del factor de coagulación ausente en la persona afectada: Factor VIII,
en el primero de los casos, el más abundante en Cuba y para el que existe
tratamiento mediante el crioprecipitado del propio nombre, el IX para el segundo tipo,
el que falta a Yonnis Legrá Lobaina, y
el XI para el último.
Los especialistas invitan a visitar al paciente. Se muestra inhibido,
rehúsa en un primer momento a la prensa, pero luego se relaja y hasta resulta
conversador… agradece mucho a los médicos, lo salvaron y saben cuan grave
estuvo por los peligros hemorrágicos de su enfermedad.
Doctora Toirac
Martínez: “Una vez más se subraya la grandeza de la Revolución y el sistema de
salud, que no escatiman recursos por sus ciudadanos”.
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La hemofilia en Guantánamo no es exclusividad de Yonni, aunque su
especificidad (B) se estima la padecen uno de cada 100 mil habitantes. La A es
muchos más frecuente y extendida por esta provincia donde el departamento de
Hematología practica un pesquisaje en coordinación con la atención primaria de
salud para controlarlos y brindarles la mejor asistencia posible y garantizar
su seguimiento médico.
Para el doctor Henry Knight, las jornadas han sido científicamente
enriquecedoras y valederas y dejan un doble saldo positivo: la preservación de
la vida del paciente, y la posibilidad de socializar la experiencias en los
próximos foros de hematología, cirugía, laboratorio clínico, cuidados
intensivos… y muy pronto en la venidera edición del Simposio “Dr. Agostinho
Neto in memoriam”, del principal hospital de la provincia de Guantánamo.
HEMOFILIA
La hemofilia es una enfermedad congénita y hereditaria que aunque solo la
padecen los hombres, la transmite la madre por el cromosoma X. Fue descrita por
primera vez como Hemofilia en 1928, pero
era conocida desde el siglo segundo de Cristo, cuando rabinos judíos se
dieron cuenta de que algunos niños varones, al practicársele la circuncisión,
sangraban mucho y hasta en ocasiones morían.
La A se produce por el déficit del factor VIII de coagulación y la
padecen uno de cada 10 000 varones. La B carece del Factor IX y se estima la
sufre uno de cada 100 mil masculinos; mientras la C se produce por ausencia del
factor XI de la coagulación.
Entre los principales síntomas se enumeran, en los tipos A y B, la acumulación
de sangre en articulaciones y el sangrado prolongado espontáneo, con las más
graves hemorragias en coyunturas, cerebro, ojo, lengua, garganta, riñones, sistema
digestivos, genitales y fosas nasales.
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