domingo, 22 de noviembre de 2015

Sin precio para vivir

Un joven campesino de Los Jamales de Maisí inscribe su nombre en la incontable lista de cubanos que la Revolución, con su gratuito y competente sistema de salud, le ha garantizado existir


Colectivo que participa directamente de la asistencia al joven campesino, que de todos modos gozó de la atención de los 57 trabajadores de la sala, entre ellos ocho médicos y 35 enfermeras.
Haber levantado un cubo con agua era el último esfuerzo físico que recordaba Yonnis Legrá Lobaina, joven campesino de Los Jamales de Maisí, en el extremo oriente de Cuba (mil 83 kilómetros al este de La Habana), al ser sometido a interrogatorio médico en el hospital Octavio de la Concepción y la Pedraja, de Baracoa, a donde llegó en una noche de octubre con fiebre,  dolor agudo, distensión y sangrado abdominal.
La anamnesis (investigación del historial patológico), presentó a un paciente hemofílico B, de 34 años de edad, cuyo estudio ultrasonográfico confirmó la presunción clínica de los facultativos: el esfuerzo, insignificante para una persona saludable, provocó en él un gran hematoma en el bazo y el aumento del volumen de ese órgano, lesión que amenazaba su vida.
Doctor Henry Knight
La remisión no esperó y el 11 de octubre ingresaba en el Servicio de Cuidados Intermedios Polivalentes, del Hospital General Doctor Agostinho Neto, en la ciudad de Guantánamo, donde un equipo médico multidisciplinario (hematólogos, cirujanos, clínicos intensivistas…) asumió el reto de preservarle la vida.
La situación era en extremo delicada. Los servicios médicos de Cuba, Guantánamo… sometidos al criminal bloqueo de Estados Unidos contra la Isla carecían de medicamentos idóneos para enfrentar, sin riesgo, el tratamiento requerido por el campesino, cuya enfermedad y sus potenciales hemorragias, le imponen privativas condiciones existenciales que limitan, incluso sus posibilidades laborales.
Única opción a la vista: esplenectomía, intervención quirúrgica para extraer el bazo y el gran hematoma que cubría un área de 10 centímetros (ancho por largo), operación de riesgosa connotación por tener que practicarse a un paciente hemofílico, enfermedad congénita y hereditaria caracterizada por deficiente coagulación de la sangre y persistencia de las hemorragias por falta de uno de los Factores que intervienen en ella, en este caso específico el Factor IX.
Mileidys Toirac Martínez, especialista en Medicina Interna, e Intensiva, y jefa del Servicio, explicó: “La intervención era tan inminente como urgente para prevenir en principio un shock séptico, es decir, una infección generalizada en el torrente sanguíneo que provocara la muerte del paciente y que comenzamos a prevenir con tratamiento antibacteriano”.
Tener “0 negativo” como grupo sanguíneo, hacía más compleja  la situación de Legrá Lobaina, para cuya intervención debía disponerse de altos volúmenes de sangre (unas 20 bolsas de plasma), superiores a las disponibilidades locales, ante lo cual se preveía solicitar suministros de  otras provincias.
El panorama era incierto, la supervivencia a la operación ofrecía apenas el 10 por ciento de esperanzas, el paciente estaba ahí, joven y expectante; como sus familiares, apostando por la capacidad profesional, científica y creativa del colectivo médico en su cabecera, a quienes el destino les confió su vida y le impuso tamaño desafío.
Yonnis Legrá Lobaina
El equipo profesional multidisciplinario, de altísima sensibilidad humana, no descartaba posibilidad alguna, y consciente de los altos riesgos que comportaba decidir la hasta entonces única alternativa (operación) contactaron al Instituto de Hematología e Inmunología (IHI), en La H abana, a 910 kilómetros al Oeste de Guantánamo, para gestionar el Factor IX, fármaco vedado a Cuba por el mal llamado embargo, y que esta vez se adquirió a través de la Organización Mundial de Salud en los propios Estados Unidos.
El Octanine F 500, nombre comercial del Factor IX de coagulación humana liofilizado, llegó 10 días después de solicitado, muy rápido,  y no se hizo esperar a Guantánamo, escenario de la primera experiencia de aplicación del fármaco en adultos (empleado en niños en IHI), a partir del 30 de octubre, con extraordinaria evolución del paciente, que poco más de una semana después había reducido el tamaño del hematoma a casi la mitad.
“Ya tiene más de 40 días hospitalizado, mejora rápidamente, pero su alta se producirá cuando la lesión haya desaparecido al menos en el 90 por ciento”, aseguró -el doctor Roberto Henry Knight, también especialista en Medicina Interna, e Intensiva.
“El tratamiento implica la inoculación por vía endovenosa de ocho bulbos diarios del Factor IX, sin costo alguno por los servicios  médicos, ni erogaciones por un fármaco cuya unidad se cotiza a 400 dólares en el mercado foráneo”, explicó el galeno y abundó:
“La hemofilia se presenta en tres tipos: A, B y C y su categorización depende del factor de coagulación ausente en la persona afectada: Factor VIII, en el primero de los casos, el más abundante en Cuba y para el que existe tratamiento mediante el  crioprecipitado  del propio nombre, el IX para el segundo tipo, el que falta a Yonnis Legrá Lobaina,  y el XI para el último.
Los especialistas invitan a visitar al paciente. Se muestra inhibido, rehúsa en un primer momento a la prensa, pero luego se relaja y hasta resulta conversador… agradece mucho a los médicos, lo salvaron y saben cuan grave estuvo por los peligros hemorrágicos de su enfermedad.

Doctora Toirac Martínez: “Una vez más se subraya la grandeza de la Revolución y el sistema de salud, que no escatiman recursos por sus ciudadanos”.
“La Revolución es muy grande –agradece-. Somos campesinos pobres y aquí estamos, la puedo contar (se refiere a la vida preservada), son muy buenos estos médicos y enfermeras. No los olvidaré”, asegura como eco a las palabras oídas de la Doctora Toirac, quien subraya “la grandiosidad del sistema de salud cubano, capaz de llegar a los lugares más remotos, a las personas más sencillas y con menos posibilidades”.
La hemofilia en Guantánamo no es exclusividad de Yonni, aunque su especificidad (B) se estima la padecen uno de cada 100 mil habitantes. La A es muchos más frecuente y extendida por esta provincia donde el departamento de Hematología practica un pesquisaje en coordinación con la atención primaria de salud para controlarlos y brindarles la mejor asistencia posible y garantizar su seguimiento médico.
Para el doctor Henry Knight, las jornadas han sido científicamente enriquecedoras y valederas y dejan un doble saldo positivo: la preservación de la vida del paciente, y la posibilidad de socializar la experiencias en los próximos foros de hematología, cirugía, laboratorio clínico, cuidados intensivos… y muy pronto en la venidera edición del Simposio “Dr. Agostinho Neto in memoriam”, del principal hospital de la provincia de Guantánamo.



HEMOFILIA

La hemofilia es una enfermedad congénita y hereditaria que aunque solo la padecen los hombres, la transmite la madre por el cromosoma X. Fue descrita por primera vez como Hemofilia en 1928, pero era conocida desde el siglo segundo de Cristo, cuando rabinos judíos se dieron cuenta de que algunos niños varones, al practicársele la circuncisión, sangraban mucho y hasta en ocasiones morían.

La A se produce por el déficit del factor VIII de coagulación y la padecen uno de cada 10 000 varones. La B carece del Factor IX y se estima la sufre uno de cada 100 mil masculinos; mientras la C se produce por ausencia del factor XI de la coagulación.

Entre los principales síntomas se enumeran, en los tipos A y B, la acumulación de sangre en articulaciones y el sangrado prolongado espontáneo, con las más graves hemorragias en coyunturas, cerebro, ojo, lengua, garganta, riñones, sistema digestivos, genitales y fosas nasales.



No hay comentarios: